Querida Comunidad Educativa de la Casa Salesiana de Ushuaia
Buenas noches a todos. No es fácil hablar un día como hoy, un
día de despedidas. Se me ocurre que lo mejor es hacer hablar a algunas
imágenes.
Juan no se contentaba
con soñar. Puso todo, su corazón, su
inteligencia, su salud, todos sus talentos por hacer que los sueños se hicieran
realidad. Y cuando parecía que todo se había cumplido soñaba con algo casi
imposible. Se le ocurrió que sus soñadores no se podían quedar en Italia. Y los
mandó a otros países, hasta llegar a lo que en ese entonces era, mucho más que ahora,
el fin del mundo…
No todo fue fácil, ni allá ni acá. Hubo quienes siguieron
soñando y quienes solamente trataron de acomodarse, ser realistas y jugarse a
lo fácil. La historia de esta casa salesiana sabe de tiempos de gloria y de
momentos difíciles. Pero somos hijos de un soñador. Y no podemos dejar de soñar
e ir más allá.
La segunda imagen es de hace unos años. Los chicos y chicas que pasaron su sexto año de EGB en nuestra casa la deben recordar. Es una foto de su campamento de fin de año, en la piedra de los deseos. Tal vez muchos no recuerden cuáles eran sus sueños y sus proyectos en ese lejanísimo 2006. Tal vez alguno soñó con este momento, tal vez alguno proyectaba más allá. Muchos sueños no se habrán cumplido…
La tercera imagen es más actual. Esta la tienen que recordar.
Es una imagen de la misa de acción de gracias de este año. En la vasija, que
también tengo acá, ustedes chicos pusieron talentos, historias, amores, sueños.
Pero hubo algo más, un detalle no menor: ese día pusimos nuestra vasija en el
altar, pusimos nuestro sueños en manos de Dios.
Queridos chicos y chicas: hoy es día de dar un paso más. No
dejen de soñar, no dejen de ver más allá, no busquen acomodarse al ritmo de lo
que venga y nada más. Por sobre todo, luchen por los sueños, pongan el alma en
hacerlos realidad. Son más que exalumnos, son hijos de Don Bosco, de un pibe
que nos mostró con su vida que de sueños se puede vivir, si ponés todo para que
se cumplan.
La última imagen que quiero compartir con todos es menos conocida. Es de un momento muy importante de nuestra Casa, en la lamento decir, no estuvimos muchos. Es una foto del día en la que el Padre Daniel asumió el cargo de Director. El Don Bosco de Ushuaia no la estaba pasando bien. Daniel nos propuso soñar. Como le pasó a Don Bosco, muchos creían que la cosa no daba para más, que había que ser realistas.
Creo que todos saben que el año que viene el Padre Daniel se
va de Casa a cumplir con un difícil encargo, como Vicario Inspectorial.
Esta semana tuvimos reunión de equipo con el Padre. Comencé
la reunión tratándolo de “Usted”. Estaba probando que iba a decir hoy, o como lo iba a decir. Como sonaba un poco
artificial, voy a salirme un poco de la regla y tutearlo.
Daniel: tomo la palabra en nombre de todos para darte las
gracias por estos ocho años de sueños compartidos.
Sin duda fueron años de mucho trabajo, de idas y vueltas, momentos
felices y momentos tristes, de aciertos y errores, de algunas divergencias y
muchas convergencias.
La frase que elegiste para el telón lo dice todo: pudimos
hacer muchos sueños realidad.
Muchas gracias por la paciencia, por la disponibilidad, por
tu laboriosidad. Sabés que la Casa te debe mucho. Sabés también que te vamos a
extrañar, pero también que podés irte tranquilo porque sabes y sabemos que
pusiste todo, que lo hiciste bien, que acá te mostraste buen hijo de Don Bosco.
Perdonanos como Casa Salesiana nuestras miradas enanas,
nuestros pequeños gestos de egoísmo cotidiano, las incomprensiones los enojos y
cansancios.
Por supuesto te deseamos lo mejor. Sabemos porque ya te
conocemos que vas a poner todo tu empeño, tu entusiasmo, tus ganas de hacer las
cosas bien en todo lo que hagas. No nos olvides en tus oraciones. Vas a seguir
en nuestro corazón porque sos una parte importante de nuestra historia.
Familias, docentes, chicos y chicas, salesianos, Padre Daniel
¡Muchas gracias a todos por la vida compartida en estos años! Sientan que esta
es nuestra Casa.